Dry River publicaron la semana pasada Cuarto Creciente, su 4º disco de estudio. Hacen 4 años ya desde su 2038, 4 años que se han hecho muy largos. Sobre todo tras la marcha de Carlos, que nos hacía temer lo peor. Sin embargo, Dry River han vuelto y lo han hecho por todo lo alto.
Un poco de info de la banda, y os cuento qué me ha parecido este Cuarto Creciente…
¡Vamos!
Dry River
Nacidos en Castellón de la Plana allá por 2004, Dry River se formó por la unión de músicos que ya tenían su rodaje en otras bandas. Sus primeros pasos fueron como banda de covers donde tenían cabida temas Rock, Progresivo e incluso Metal. En sus bolos sonaban bandas como Purple, Queen, Barón Rojo, Dream Theater, Asfalto o System of a Down entre otros.
Lanzan su primer disco en 2011, El Circo de la Tierra. En 2014 llega Quien Tenga Algo Que Decir…Que Calle Para Siempre, y en 2018 publican 2038, para mí una Obra Maestra.
Tras la marcha de Carlos Alvarez la banda está formada actualmente por Angel Belinchón a las voces, Guillermo Guerrero y Matías Orero a las guitarras, David Mascaró a las 4 cuerdas, Pedro Corral a la batería, y Miquel Centelles que se estrena en los teclados.
Cuarto Creciente
Durante estos 4 años de espera me habré hecho 1.000 veces la pregunta “¿Y ahora qué?”. Porque, ¿cómo superas 2038? Menudo marrón, ¿no?
Bueno, ahora las preguntas parecen fáciles de responder. Tienes el talento, tienes el conocimiento, la técnica en el manejo de los instrumentos, solo necesitas TRABAJO.
Disco super-currado en el que Carlos Raya ha puesto su magia en la producción. De este disco no es que pueda decir que está cuidado al detalle, como es habitual, es que no hay una micro-molécula de este disco que se haya dejado al azar. Te puede gustar o no, pero el disco es PERFECTO.
El sonido está muy conducido por el piano, que podríamos decir de él que fuera el maestro de ceremonias. Angel está soberbio a las voces, imprimiendo algo más que calidad, parece que te habla, cada nota te llega y se siente. Las guitarras son el caramelo con el que se ganan a la parroquia Metalera, y responden a las expectativas de un Rock contundente con una rítmica profunda y potente, y una solista afilada y melódica, que cuadra los solos como si fueran una fórmula matemática. Y la sección rítmica aporta también su granito de arena a ese feeling general de poderío. Por último, mencionar el especial cuidado con el que Dry River trabajan las letras.
Bueno, ¿qué? Un poquito de música, ¿no? Así se abría el telón, hace un mes, la grandísima Culpable.
9 temas, en algo más de 45 minutos, que se acaban queriendo como si fueran tus niños, aunque tendrás tu favorito. A mí por ejemplo, Calles Inundadas me parece BRUTAL. Y no puedo evitar dejarla por aquí.
En resumen, pocos nos podemos permitir ir a un restaurante de 3 estrellas Michelín, pero cuando se trata de música, el mundo es así, tenemos lujos a nuestro alcance como Dry River. Porque si no lo sabes te lo digo: nuestra música alimenta el alma, y sí, hay hamburguesas acojonantes, pero si quieres cochinillo segoviano: Dry River.