Primer disco de Gloryhammer tras la polémica salida de Winkler de la banda, Return to the Kingdom of Fife. Retorno al Reino de Fife, ¿un reboot de la historia de nuestro superhéroe favorito?
¡Entremos en detalle!
Publicado el pasado viernes 2 de junio a través del poderoso sello Napalm Records, es el 4º disco de la banda de origen escocés, creada por el hiperactivo Christopher Bowes (Alestorm) que inicialmente constaba en los créditos como Zargothrax, el Emperador Oscuro de Dundee, a los teclados.
¿E o no e?
Reconocedlo, que nunca viene mal un poco de autocrítica: cuando estamos con los colegas, “oh, ¡fantástico lo nuevo de Tool! ¡Qué riqueza de matices!”. Y luego, de puertas para adentro, en la intimidad, como decía aquel, nos hacemos polvo con discos como este.
Return to the Kingdom of Fife
La verdad, no hace ni 2 meses que yo estaba flipando con el trabajo de Winkler en solitario, Angus McSix and the Sword of Power. Manteniendo una lucha interna porque el disco es de todo menos serio, pero a mí me estaba gustando mucho. Y es que tenemos que tener claro que el producto no es serio, no hay ninguna intención de que lo sea. Es lo que se espera de Bowes, un tío que en los festivales ronda entre el público pidiendo que te hagas una foto con él. Pero, PERO, todo el trabajo que hay detrás de ese producto es un trabajo muy serio. Se tiene claro qué es lo que se quiere hacer, y se consigue. Recordemos que este hombre está también detrás de Alestorm, y estas bandas, siempre que las he visto en directo, han puesto todo patas arriba.
Y es que con temas como este Keeper Of The Celestial Flame Of Abernethy, con el que arrancó el anuncio del nuevo disco hace 2 meses, es imposible no divertirse.
Penitencia
¿Nos debemos sentir mal por esto? Baaah. Para nada. Hay momentos para escuchar a Tool o el reciente Take Me Back to Eden, de Sleep Token, y apreciar nuestro “gusto exquisito” por la música; momentos para disfrutar del Metal Clásico de toda la vida con pepinazos como el The Dark Tower, de Burning Witches, y momentos para parecer auténticos descerebrados con historias como las de Angus McFife, o el resucitado Angus McSix.
No Remorse, como diría Lemmy.
Además, porque temas como el segundo adelanto, Holy Flaming Hammer Of Unholy Cosmic Frost, publicado el 4 de mayo, no distan mucho de los himnos que Rhapsody componía a finales de los 90. Tengo curiosidad por saber qué opinaría nuestro amigo Luca Turilli si leyera esto. Realmente, creo que el italiano no podría evitar sonreír con estas historias, y creo que algún día podríamos tener una colaboración entre él y Bowes. Sería digno de ver y escuchar.
Y nada más. No os voy a vender a Gloryhammer a estas alturas: composiciones muy pegadizas, arreglos muy cuidados, coros épicos a pleno pulmón, estribillos coreables, y unas letras que por lo menos te sacan una sonrisa.
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Gloryhammer v.2.0
Y para cerrar, un repaso a la banda, ya con Bowes centrado en la composición, y delegando los teclados a Mike Barber, tenemos a Sozos Michael reemplazando a Winkler en las vocales, Paul Templing a las guitarras, James Cartwright al bajo, y Ben Turk tras la batería.

Y si quieres verlos en directo, de momento tienen fecha acordada en el Z! Live Rock de Zamora.
P.D. Bueno, después de todo, parece que lo de la colaboración de Bowes con Luca Turilli va a estar complicada. Desde luego Bowes no se ha cortado un pelo en esta entrevista.