El pasado 26 julio salió al mercado el esperado nuevo disco de los alemanes Powerwolf, Wake Up the Wicked, a través del poderoso sello Napalm Records. La publicación vino acompañada de un nuevo vídeo-clip, el tercero hasta el momento, con una producción tope de gama. Y no tardaron en sucederse las primeras reacciones, muy divididas. Lo comentamos, alguna reflexión, los vídeos, y…
¡Al lío!
¿Mala recepción?
De hecho, las primeras dos reacciones que vi sobre este disco fueron negativas… no me lo podía creer…
¿Powerwolf? ¿Un mal disco? ¡No! No puede ser. Pero si Powerwolf son una de las grandes, ¿en serio ha sacado un mal disco? Joer. Entonces, ¿los crucificamos ya o esperamos?
Espera. Que al parecer tienen una “fórmula” y la repiten mucho. Ojo, cuidao ahí, ¡eh! Una fórmula. Pero, digo yo, si la banda ha llegado hasta donde ha llegado, la fórmula será buena, ¿sí o qué? ¡Ah, entiendo! Que ahora ya la fórmula no funciona. Ok. Pero eso, ¿dónde lo pone? ¿Quién lo dice? La fórmula incorrecta, ¡qué horror! Los matemáticos se estarán sacando los ojos…
A lo mejor Attila Dorn debería introducir algunos guturales, y dar un giro a su voz, así a lo Mark Tornillo. Meter un bajista en directo y dejar de dar la nota. Nos olvidamos también un poco de lobos, religión y chicas receptivas. Y entonces sí, cambiamos la fórmula, y entonces sí, sería un gran disco.
Amos, ¡no me j*das!
Pero, ¿entonces?
En mi caso tuve una sensación parecida hace poco con el nuevo de Orden Ogan, ¿era un mal disco? Para nada. Pero no sentí lo mismo que con los anteriores, que son igualmente buenos, ¿qué mi3rda pasa? ¿Será esa «chispa»? Eso que dispara tu puño al cielo, lo que te pone los pelos de punta, lo que te hace sujetar esas «naranjas invisibles», y esas reacciones que todos tenemos cuando algo brota de tu inconsciente al escuchar la música.
Me imagino la primera vez que Deadpool se lió con Scarlet Johansson. No quiero ni pensarlo. El tío tuvo que flipar en colores. ¿Y la segunda? ¿La tercera? El tema acabó en divorcio, así que habría alguna que vez en que ya no todo fue de color de rosa. Algún día llegó que Deadpool le diría a Scarlet Johansson: “tía, me duele la cabeza, hoy no me apetece”… ¿¡en serio!? ¿¿¿¡¡¡A Scarlet!!!??? ¿Su fórmula también estaba acabada?
El ser humano está muy j*dido. Somos así, nos cansamos de las cosas. Por lo que sea, lo que hay en nuestro cerebro, no sentimos igual las cosas la primera vez que las siguientes. Y lo que es peor, la buena siempre es la primera. Se pierde esa «chispa» que lo incendia todo.
Wake Up the Wicked
Por eso estoy convencido de que quien conozca ahora a Powerwolf con Wake Up the Wicked va a flipar. Como el que los conociera con el Blood of the Saints, o con el Blessed & Possessed, y que ahora estará un poco “nah”.
Wake Up the Wicked es un gran disco.
Los teutones abrieron hostilidades en mayo con 1589, un tema basado en la historia de un asesino en serie del siglo XVI que muchos pensaban que se trataba de un licántropo. No sé, dime tú si la fórmula está acabada… que yo no lo termino de ver.
Un mes después publicaron Sinners of the Seven Seas, su segundo single. Es un temazo. A muchos de los que ahora critican este disco, dentro de unos años les aparecerá este vídeo en el feed de YouTube y fliparán… «¿el pastor alemán convertido en un chihuahua?»… escucha bien.
Y por último, el entretenido tema de We Don’t Wanna Be No Saints, que he dejado más arriba, que llegaba el mismo día de la publicación. Saldrán más, seguro, y los iré dejando por aquí.
Powerwolf
Solo recordar que Powerwolf sigue liderada por Attila Dorn en las vocales, con un gran peso tanto físico como escénico encima de las tablas, que comparte con el teclista Falk Maria Schlegel. A las guitarras, el poderoso binomio formado por los hermanos Charles y Matthew Greywolf, cerrando la formación Roel van Helden en la batería.
Resumen
En mi opinión, sí, existe esa “fórmula”, que otros llaman “marca de agua”, y otros llaman “estilo propio y característico”. Powerwolf son una banda claramente identificable, con muchísima personalidad, y extraordinario talento. Si todo lo que son y todo lo que hacen se pudiera meter en una pequeña cajita, esa cajita sería única y muy valiosa, y es por el contenido de esa cajita por lo que Powerwolf son lo que son. No es justo pedirle que sean ellos los que cambien para que nos puedan seguir gustando como al principio. Creo que tendremos que ser nosotros los que cambiemos, y aprendamos a apreciar su música como si la estuviéramos redescubriendo de nuevo.
Pásate por la página en Facebook para votar por el disco, y si quieres seguir por aquí, tienes más contenido de este año en este enlace.