Este jueves de nuevo vestimos de gala al DeLorean porque nos toca visitar otro Clásico. El combustible está caro, pero hoy le echamos ración extra, sin miserias, nos vamos a 1980. El 14 de abril de aquel año se publicaba British Steel, de Judas Priest. Hacía el 6º en la cuenta de los de Birmingham, y este título era toda una reivindicación de la ciudad que les vio nacer, y que vivía los inicios de la crisis industrial de los 80s.
En aquellos días la banda estaba formada por Halford, la mítica pareja de hachas Tipton y Downing, el monolito Ian Hill, y un novato Dave Holland, que se mantuvo en la banda durante esa gloriosa década, hasta que llegó Travis… ¡y cómo lo hizo!
En estado de gracia…
Ojito porque Judas ya estaban muy rodados cuando publicaron este disco, hasta el punto de que British Steel es considerado por muchos el punto de madurez de la banda a pesar de estar recién iniciados los 80s. Cimentó el sonido “ensayado” en el Killing Machine, y a partir de ahí ya vinieron Point of Entry, Screaming, Defenders, Turbo, Ram It Down, Painkiller, bueno, bueno, ¡qué años 80!
El British Steel está repleto de todos esos elementos que veremos repetirse a lo largo de la década, y sobre todo Tipton y Downing tenían ya el sonido que querían para sus guitarras, y que son marca de agua de cualquier tema de Judas de los 80s.
Otro detalle es que el disco se grabó en los Ascot Sound Studios. Estudio de grabación que John Lennon había construido en una mansión gigantesca, por aquel entonces ya propiedad de Ringo Starr. Esta gente ya tiraba con pólvora de rey cuando otras bandas no habían salido todavía del pub de su barrio (y dicho esto con todo el respeto y cariño a las bandas que no salen de los garitos de barrio y que nos permiten disfrutar de buen Heavy en directo a precios económicos).
Un temazo detrás de otro
¿Y qué decir de los temas? ¡9 temazos! Si te digo que dejes el disco en 8, no hay güevos de dejar uno fuera. Cae uno, caemos todos. La publicación vino precedida del lanzamiento de 3 singles: United, Breaking the Law y Living After Midnight.
No recuerdo si fue con este o con el Killing Machine con el que conocí a Judas, pero tanto United como Take On the World me marcaron, son temas muy especiales.
Por supuesto, el que se convirtió a la postre en uno de los temas bandera de la banda inglesa fue Breaking the Law. Hoy en día, cualquier persona con un mínimo de cultura musical conoce este tema. Un tema versionado hasta la saciedad, por cierto.
El tercer single del disco fue Living After Midnight, otro temazo que combina una melodía sencilla y coreable con el incuestionable poder de la banda… podías dudar de Kiss (de hecho, era normal hacerlo), podías dudar de AC/DC, o incluso de los primeros Maiden, pero Judas… Judas es el Kilómetro Cero del Heavy Metal.
Y bueno, cierro con el mítico Breaking the Law, himno de toda una generación…
Y si quieres seguir profundizando en este disco te recomiendo este artículo.