Una de las novedades más destacadas de la semana pasada es el nuevo disco de Axel Rudi Pell: Lost XXIII. Publicado a través de SteamHammer, puede ser perfectamente que sea el 23º trabajo de Axel en solitario, aunque no me salen las cuentas ni siquiera contando con los recopilatorios.
Es igual… el guitarrista alemán es toda una institución, tenga 20 discos o 22.
La banda
Con una alineación bastante estable, el amigo Axel camina en buena compañía con el gran Johnny Gioeli a las vocales desde el 98. Volker Krawczak le acompaña a las 4 cuerdas desde el mítico Wild Obsession (1989). Completan la banda Ferdy Doernberg al teclado y el mítico Bobby Rondinelli a la batería.
Lost XXIII
Con una estructura clásica, y un sonido familiar, el bueno de Axel nos ofrece 10 temas que no llegan a alcanzar los 55 minutos de música. Como buen producto alemán, la mejor garantía es la seguridad y el confort de seguir trabajando en la misma línea que llevas trabajando y perfeccionando desde décadas.
Tras un intro y un buen par de temas llega Down on the Streets, que es una de las destacadas del disco. E inmediatamente a continuación una excesiva Gone with the Wind, que se va hasta los 9 minutos. Aquí hay lucimiento del vocalista neoyorquino para dar y regalar, y el feeling del serio Axel a las seis cuerdas.
La sección central continúa con Freight Train, que nos despierta del letargo con un buen tema con ese tempo “pesado”, con ritmo, a caballo entre el Hard Rock y el Heavy Metal, y un estribillo melódico y coreable.
Sigue Follow the Beast, que podría calificarse como el tema más Heavy del disco, con una sensación muy ochentera al oído. Y con Fly with Me tenemos otro rato para disfrutar del rasgado tono de voz de Gioeli.
Y tras el notorio protagonismo en el tema anterior, Gioeli se echa a un lado en The Rise of Ankhoor, la instrumental que precede al “title track” Lost XXIII, que en mi opinión no suma ni aporta nada más a lo presentado antes.
En mi opinión…
En esta plantilla hay mimbres para mucho más y creo que Axel Rudi Pell con este disco “solo” ha cumplido con su parroquia de incondicionales. La verdad, no puede esperar que este disco pase a la Historia. Creo que el alemán es víctima también de las condiciones de su contrato, percibo mucho relleno en este disco, y pienso que en este caso (y en casi todos) menos es más: hay buenos temas en este trabajo que se diluyen como un azucarillo en un vaso de café XXL de Starbucks.